Ángel Sanchidrián: el bufón ilustrado que convirtió la risa en literatura viral

Hay quienes conquistan las redes con bailes coreografiados, filtros de unicornio o frases motivacionales con tipografía cursiva sobre fondos de atardecer. Y luego está Ángel Sanchidrián, que lo hizo con sinopsis de películas escritas como si las comentara tu cuñado en Nochebuena. Un autor que, sin más marketing que su agudeza y sin más ambición que hacer reír, acabó vendiendo libros como si fueran churros en la verbena de San Isidro.

Porque si algo ha conseguido Sanchidrián —ese bibliotecario de formación y cronista del absurdo de vocación— es transformar lo cotidiano en carcajada y lo ridículo en arte narrativo. En un mundo donde el humor parece a veces tan delicado como la porcelana de la abuela, él entra con la gracia de un elefante en la sala, pero con la precisión de un cirujano de la palabra.


De las estanterías al escenario digital

Nacido en Madrid en 1976, Ángel Sanchidrián no comenzó escribiendo novelas, sino catalogando realidades. Se licenció en Biblioteconomía y Documentación, lo que suena tan poco literario como el manual de instrucciones de un microondas. Pero ahí reside precisamente el encanto: su talento no brotó de los salones literarios, sino de las trincheras del día a día.

En 2013, comenzó a publicar en Facebook reseñas cinematográficas que se parecían tanto a la crítica tradicional como un bocadillo de calamares a la alta cocina. Y, sin embargo, funcionaban. En Sinopsis de cine, describía las películas con un lenguaje callejero, brillante y completamente descabellado. En pocas semanas, el público se rindió a ese estilo que mezclaba el esperpento con la ternura, y lo elevó a la categoría de fenómeno.


Luisi: la heroína del barrio que desafió a Christian Grey

Pero fue Luisi quien lo catapultó del mundo digital al universo editorial. 50 sombras de Luisi es mucho más que una parodia de 50 sombras de Grey. Es una sátira doméstica, una crónica hilarante de la clase media en zapatillas, una tragicomedia sobre la monotonía del matrimonio narrada desde la voz de una mujer que bien podría ser nuestra vecina del quinto… o nuestra tía Mari Carmen.

Luisi decide darle un vuelco a su vida sexual tras leer a E. L. James, pero acaba, como tantas heroínas reales, enfrentándose no a un multimillonario con helicóptero, sino a Manolo, su marido, que no sabe ni poner el lavavajillas. Y ahí está la genialidad: en mostrar que el drama erótico de la ficción puede convertirse en el vodevil más humano y reconocible cuando lo aterrizamos en el salón de una familia española cualquiera.

Sanchidrián no escribe con una pluma fina, sino con un rotulador fluorescente: subraya lo absurdo de nuestra cotidianidad con frases tan certeras como disparatadas. Su estilo, lleno de giros costumbristas, frases hechas remezcladas y una ternura cañí, es una mezcla entre Azcona y un meme viral.


Ironía para todos los públicos (excepto los que no tienen sentido del humor)

Desde Sinopsis de cine hasta Tres enanos y pico, su incursión en la parodia épica, Ángel Sanchidrián ha demostrado que el humor puede ser transversal sin ser superficial. Que se puede hacer reír sin insultar la inteligencia del lector, y que la comedia, cuando es buena, no necesita disfraces: solo necesita verdad.

En 50 sombras de Luisi. Hasta el moño, su secuela, el autor riza el rizo del disparate. Luisi y Manolo, divorciados pero compartiendo piso, enfrentan las batallas de la convivencia post-ruptura con más sarcasmo que amargura. Es una comedia de enredos con sabor a croqueta recalentada y olor a ambientador de baño. Y sin embargo, conmueve. Porque debajo de cada chiste, late una verdad incómoda sobre el amor, el desgaste y las segundas oportunidades.


¿Literatura menor? Solo para quienes no se han reído nunca

Hay quienes desprecian el humor en la literatura como si fuera un primo incómodo en la boda de las bellas letras. Pero Sanchidrián demuestra que la risa también puede tener profundidad. Que un buen chiste, como una buena metáfora, tiene el poder de revelarnos a nosotros mismos.

En un panorama literario donde abundan las tragedias introspectivas y los relatos distópicos, su obra es un oasis de carcajadas sin filtro. Una especie de stand-up literario donde cada frase tiene ritmo, cada escena tiene compás, y cada personaje —por muy absurdo que sea— tiene una humanidad desbordante.


Conclusión: Ángel Sanchidrián y el arte de reírse con nosotros, no de nosotros

El humor de Sanchidrián no es escapismo: es espejo. Y como todo espejo bien pulido, puede hacernos reír y, al mismo tiempo, mostrarnos lo que no queríamos ver. ¿No es esa, acaso, la función más noble de la literatura?

Así que, si alguna vez te has sentido un poco Luisi —cansado, irónico, y con ganas de reír para no llorar—, date el gusto de sumergirte en sus libros. Porque en el universo de Sanchidrián, lo cotidiano se convierte en épica, y la risa es la forma más profunda de resistencia.

Libros del autor/a

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