Harry Potter y las Reliquias de la Muerte
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En el séptimo libro de la saga mágica de J.K. Rowling, Harry Potter y las reliquias de la muerte, se nos muestra un mundo en ruinas: el Ministerio reducido a un decorado fascista, Hogwarts transformado en una fortaleza ocupada y el propio Lord Voldemort jugando a dictador con el entusiasmo de quien cree que el miedo es más eficaz que la ley.
Esta vez no acompañamos a Harry, Ron y Hermione de regreso a un nuevo curso escolar, sino en una incesante búsqueda de horrocruxes: fragmentos del alma de Voldemort ocultos en objetos tan banales como un diario escolar o tan solemnes como un medallón ancestral.
A medida que avanzan en su misión, descubren la existencia de las Reliquias de la Muerte: la Varita de Saúco, la Piedra de la Resurrección y la Capa de Invisibilidad. Según la leyenda, quien logre reunir estos tres poderosos artefactos se convertirá en el “Señor de la Muerte”.
Voldemort, conocedor de esta historia, se obsesiona con la Varita de Saúco, convencido de que, al obtenerla, se convertirá definitivamente en el mago más poderoso de todos los tiempos.
El enfrentamiento final nos lleva de nuevo a Hogwarts, convertido ahora en un campo de batalla donde maestros y alumnos se enfrentan no solo a mortífagos, sino también a toda clase de criaturas oscuras.
Al final, la victoria no surge de la varita más fuerte ni de la magia más letal, sino de algo más grande: Rowling nos recuerda que, incluso en un mundo en ruinas, el amor puede ser el poder definitivo.
«-Entregadme a Harry Potter -dijo la voz de Voldemort- y nadie sufrirá ningún daño. Entregadme a Harry Potter y dejaré el colegio intacto. Entregadme a Harry Potter y seréis recompensados.»
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J.K. Rowling: la magia detrás de Harry Potter
Hay nombres que se convierten en sinónimo de una obra. J. R. R. Tolkien y El Señor de los Anillos, George Martin y Juego de Tronos, J.K. Rowling y Harry Potter. Lo curioso es que, en este último caso, el apellido de una mujer que escribía en cafeterías frías con la esperanza de calentar más que sus manos se transformó en marca global, en parque temático y en debate interminable en Twitter.
Hablar de J.K. Rowling es hablar de un fenómeno literario y cultural sin precedentes. Pocas escritoras han logrado lo que ella consiguió: que millones de personas, de todas las edades y rincones del mundo, redescubrieran el placer de leer gracias a la saga de Harry Potter.
Su historia es, en sí misma, casi tan fantástica como la del niño mago que vive bajo la escalera.
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